viernes, 19 de octubre de 2007

Superintendencia Seguros vendió muebles



En el proceso de liquidación de la compañía de seguros SEGNA, la Superintendencia de Seguros ha hecho transacciones ascendentes a RD$448 millones, 253 mil, por la venta de muebles e inmuebles que formaban parte del patrimonio de esa empresa, propiedad del quebrado Banco Nacional del Crédito (BANCRÉDITO).

De esos montos, RD$440 millones correspondieron a la venta de inmuebles que estaban en manos de particulares, y RD$8 millones, 235 mil por la comercialización de muebles y vehículos.

Al 28 de agosto de 2007, la Superintendencia de Seguros, mediante la Comisión Liquidadora de SEGNA, pagó RD$154 millones 696 mil 362.29 que eran reclamados por los clientes.

De esos, a través de la cuenta de reclamaciones se entregaron RD$67 millones 301 mil 153.28, y por concepto de reclamaciones de riesgos generales RD$26 millones 45 mil 608.16.

Por pago de liquidación de las pólizas Vida Multiflexibles RD$32 millones 619 mil 89.33, por liquidación de las pólizas Vida Útil RD$10 millones 815 mil 526.78.

Y por pago de reclamaciones por muerte e incapacidad RD$17 millones 914 mil 984.74.

La entidad obtuvo RD$130 millones 301 mil 409.26, relativos a deudas recuperadas de SEGNA.

Esos datos los ofreció Euclides Gutiérrez Félix, superintendente de Seguros, quien expresó que se desconoce cuándo concluirá el proceso de liquidación de la compañía, porque todavía hay muchas propiedades en manos de particulares.

LAS SUBASTAS

Con relación a la recuperación y venta de los inmuebles de SEGNA, la Superintendencia subastó 48 obras de arte de afamados pintores dominicanos, por un monto de RD$5 millones 200 mil.

Asimismo, se vendieron nueve vehículos por la suma de RD$2 millones 866 mil, y varias motocicletas por RD$187,000.

La Comisión Liquidadora de SEGNA recuperó un solar ubicado en la avenida John F. Kennedy, que luego se le vendió a Peravia Motors por RD$75millones.

Igualmente, en Santiago se recuperó un edificio de dos niveles y cuatro solares, que posteriormente se vendieron a la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), por RD$46 millones.

En esa infraestructura se instalaron las oficinas de la Empresa Distribuidora de Electricidad del Norte (EDENORTE).

En la misma ciudad también se recuperó otro edificio de dos niveles, que luego lo adquirió la Junta Central Electoral (JCE) por RD$6.5 millones, y un inmueble de mil metros cuadrados vendido a la Oficina Nacional de la Propiedad Intelectual (ONAPI) por un monto de RD$12.5 millones.

La sede de SEGNA, ubicada en el Distrito Nacional, fue traspasada a la Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (SESCYT), entidad que entregó una primera partida de RD$150 millones, y adeuda una cantidad similar.

OTRAS TRANSACCIONES

Mediante el proceso de liquidación de SEGNA se firmó un acuerdo de desistimiento, a través del cual la empresa telefónica Tricom saldó una deuda con la compañía aseguradora por RD$64 millones 450 mil, 127.22.

A otro convenio similar se llegó con el Banco Múltiple Republic Bank, mediante el cual la Superintendencia de Seguros recibió RD$40 millones, por concepto de deudas que ese banco tenía con la empresa de seguros.

La entidad estatal, en representación de SEGNA, pagó a los antiguos corredores de seguros de la referida firma RD$30 millones, cumpliendo con una sentencia de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) que favoreció una demanda por el pago de prestaciones laborales.

La Superintendencia también pagó RD$3,000,000 a la compañía de intermediarios SIDERIESGOS, como parte de una deuda que SEGNA con ésta.

UN NUDO GORDIANO

Gutiérrez Félix manifestó que al llegar a la institución encontró un “nudo gordiano” en el proceso de liquidación de las propiedades de SEGNA.

Asimismo, que se opuso a que ese patrimonio se vendiera “graciosamente” a particulares, por lo que le propuso al Presidente Leonel Fernández que se le traspasara al Estado.

“Comenzando por la oficina principal de SEGNA, un hermoso edificio en el corazón de la ciudad, que tiene un buen mobiliario, una estructura interna de caoba, cuadros preciosos, vajillas, porque esa propiedad era de Máximo Pellerano, un príncipe de la burguesía dominicana.

“Eso nos llevó a un proceso de recuperación de ese patrimonio, que ya no es particular, sino dirigido por el Estado que es su guardián a través de la Superintendencia, y que pertenece a los asegurados”.

El funcionario manifestó que la reclamación de los clientes está regida por el Código de Comercio, debido a que la empresa está en un proceso de liquidación, y en tal sentido, expresó que le apena ver a personas de 60 años, sentadas en sillas de ruedas, esperando RD$100 mil o RD$200 mil que representan los ahorros de toda su vida.

“Nosotros podemos transar sobre la base de un 25% y estamos pagando hasta un 40% cuando son casos particulares, y hasta un 60%. Porque yo no puedo pagarle RD$40,000 a una persona que tiene dos años esperando una garantía de RD$200 mil”.

En tal sentido, manifestó que “lo que hay aquí” es una insensibilidad extraordinaria, comenzando por las mismas compañías aseguradoras que no están de acuerdo con la liquidación de SEGNA ni que su patrimonio físico haya pasado a manos del Estado.

“No querían porque deseaban que se pasara a manos de ellos, entonces yo no soy un sirviente de las compañías aseguradoras.

“Yo sirvo a los intereses del pueblo y del Estado dominicano, y tengo un compromiso político en mi vida personal. Por eso nunca has visto a nadie felicitándome, reconociendo la labor que se ha hecho aquí”.

Un proceso inconcluso

La Superintendencia de Seguros no sabe cuándo concluirá la liquidación de los bienes de SEGNA, porque todavía hay personas que tienen parte de esas propiedades que tienen un valor aproximado de RD$600 millones.

Se trata de edificios, acciones y cuentas bancarias.

En tal sentido, el funcionario expresó que hace varios días localizaron una cuenta de ahorros con RD$8 millones, y se le notificó a quien la usufructuaba que debía devolverla so pena de ser sometido a la acción de la justicia.

Una empresa entregó de buena fe acciones valoradas en RD$20 millones.

Aunque Gutiérrez Félix no identificó a los que detentan ese patrimonio, dijo que se trata de particulares y empresarios que han engañado al Estado dominicano.

En ese contexto, la Superintendencia tiene como prioridad investigar los inmuebles en manos de terceros ubicados en La Romana, La Vega, Santiago y Santo Domingo.

UN PROCESO CON PRESIONES

El superintendente admitió que durante la liquidación de la compañía ha enfrentado presiones, pero destacó que nunca ha sentido temor.

“Estoy dispuesto a pelear en todos los terrenos. De hecho, fui demandado y condenado por difamación, y al apelar se anuló la sentencia.”

El se refiere a la acusación de las juezas Rosmery Veras Pichardo y Miguelina Ureña, a quienes imputó faltas graves en el ejercicio de sus funciones, cuando conocían reclamaciones que le hacían particulares a SEGNA.

Otros procesos de liquidación

La Superintendencia de Seguros también manejó el patrimonio que encontró de la Intercontinental de Seguros, una de las compañías del Banco Intercontinental (BANINTER), que igual que BANCRÉDITO quebró en el 2003 por alegadas operaciones fraudulentas.

De acuerdo con informes de Gutiérrez Félix, de la Intercontinental se vendieron terrenos por un monto de RD$6.6 millones a la compañía de seguros PALIC.

Asimismo, se le vendió a la Secretaría de Educación un edificio valorado en RD$24 millones, propiedad de la referida empresa de seguros.

La empresa Latinoamericana de Seguros, que no está vinculada a ninguno de los bancos mencionados, también está en liquidación, y en tal sentido la Superintendencia vendió una edificación de seis niveles, que adquirió la Dirección General de Aduanas por un costo de RD$ 30 millones.

En sentido general, los inmuebles de la Intercontinental y Latinoamericana, negociados por la Superintendencia, tienen un valor de RD$60 millones.

Gutiérrez Félix se quejó de que el patrimonio de la Intercontinental haya sido “descuartizado” en el pasado gobierno, porque el mismo ascendía a más de RD$1,000 millones.

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